miércoles, 8 de agosto de 2007

Viaje y llegada

Bueno, el viaje en si estuvo bastante bien. Me toco en la ventana (de dos asientos) al lado de un gringo de Santa Monica, ex-hippie medio cagado por las drogas, que vive de las rentas de no se que cosa, en Pichilemu. Obviamente, ex surfer tambien. Muy simpatico, me rei mucho lo que me ayudo a relajarme. Luego de comer, los dos aplicamos nuestras respectivas dosis de pastillas y nos pusimos a dormir. Dormi mas de 8 horas, creo. Asi que estuvo super bueno, totalmente recomendable la pastillita. Media eso si, un cuarto la habia tomado en el auto camino al aeropuerto.

A todo esto, sepan todos que me fui con UNA MALETA, ni mas ni menos. Claro que la desgraciada pesaba 35 kilos, pero tuve suerte y no me cobraron sobrepeso.
Bueno, a la llegada sali disparada a la temida fila de migracion, agarre le mas corta pero un poo lenta porque la estaban usando para meter gente en silla de ruedas que venia en el vuelo y que obviamente exageraban pero en fin. Igual la cosa no duro tanto, yo muy calmada excepto porque las manos me sudaban como condenada, pero no me paso nada terrible como taquicardias mareos y todoas esas cosas que pensaba me iban a pasar. Una vez con el oficial, le conteste todas las preguntas de rigor, no pregunto por cuanto venia sino con quien, para que, y cuando fue la ultima vez que vine y para que. Termine contandole la historia de los primos politicos, etc. Creo que no me creyo mucho, pero me dejo pasar.

Gracias terapia floral, reiki, angeles, mantras, todo, todo, todo lo que me ayudo a pasar ese momento sin sufrir...

Ya pasado ese escollo me senti libre como una paloma, fui con decision a buscar mi maleta, me meti en la fila mas corta de la revision, no me revisaron, es medio tonta esa parte, y luego de eso mire hacia adelante y afuera, adelante y afuera, mi unico objetivo, que Cris ni nada, solo salir corriendo de ahi, jajaja. Bueno, ahi estaba el al final del pasillo este que a todo esto era de subida asi que parecia cualquier cosa con el apuro, tirando de la maleta de 35 kilos y la mochila en la espalda que pesaba otros tantos que para que voy a decir. Ah, y dos botellitas de vino chileno, por supuesto. Volviendo, ahi estaba el al final, mas lindo que en las fotos, con la cara llena de felicidad, abrazo, beso corto y salgamos de aca.
El chico, romantico como es, me tenia preparado un ramo de flores precioso, rosas rojas y girasoles. Claro que todavia no le pregunto por que me lo paso en el auto y no dentro del aeropuerto...
Ya, una vez en el auto, llamar a mi mami, llegue OK y todo eso, revisar el pasaporte a ver cuanto tiempo me habian dado y para nuestra felicidad fueron 6 meses. Todo maravilloso!
Bueno... solo puedo mostrarles la foto de ese dia en la tarde en el muelle de Manhattan Beach, asi se llama donde vivimos.



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